La fonda de Urbia desde que se abrió en 1925 ha sido un punto de encuentro entre senderistas y montañeros. Gente que sube desde Arantzazu, Zegama, Zalduondo, Otzaurte, Araia, Legazpi…da igual que ruta hayas tomado, todos se encuentran en esta fonda para retomar fuerzas y hacer cima o simplemente comerse el bocata, unos huevos, un buen caldo… y volverse por donde han venido. Y la verdad, en ese entorno te aseguro que todo sabe mucho más rico.

Hacia mediados-finales de mayo si tu intención es subir al Aizkorri o a las campas de Urbia te podrás encontrar con un montón de rebaños de ovejas, caballos… que van hacia arriba, para pasar el verano.

Los pastores utilizan sus caminos de antaño, da igual de que pueblo los suban. En las campas de Urbia cada rebaño tiene su zona para pasar el verano y pastar a sus anchas. Es curioso, apenas se mezclan.

En la fonda reina siempre el buen ambiente, saludos, risas, juegos, tragos, cerveza, charletas…

Encontrarte un sitio apartado del mundo, rodeado por toda la sierra, el riachuelo, animales…se te pasan todos los males.

Además de poder tomar o comer algo en la fonda, puedes llevarte tu propia comida y comer en las mesas que le rodean a la fonda o llamar por teléfono de su cabina inglesa.

La fonda de Urbia no es una fonda cualquiera, es algo más que un refugio, es un lugar de desconexión, un lugar donde el tiempo se detiene.